Caso: Señora de 92 años de edad que es atacada por un perro. Sufre mordeduras en ambos pies, con mayor afectación en el 1
r dedo.
Antecedentes: La señora no es diabética, circunstancia que haría empeorar el pronóstico de la cura. En este caso únicamente refiere hipertensión, por la que ya esta medicada. Buena movilidad previa al incidente, aunque debido a las heridas le cuesta caminar actualmente.
Valoración: En una primera valoración se observa inflamación a nivel del primer dedo de ambos pies y sangrado persistente, heridas superficiales abiertas cubiertas de suero sanguíneo y sangre seca, presencia de hematomas.
Actuación: La señora hace 24 horas que esta premedicada con antibióticos, ya que las heridas producidas por mordedura de animal se consideran infectadas. Se realiza la limpieza de la herida con agua abundante y jabón, y se retiran restos de piel necrótica por arrastre con una gasa. Secado con gasas y aplicación de antiséptico iodado. Se cubre los
primeros días con gasa y malla para evitar el roce directo con el calzado.
Este procedimiento se lleva a cabo durante 7 dias, tras los cuales mejora el aspecto de la lesión y desaparece la inflamación.